sábado, 9 de junio de 2012

Libre de todos mis demonios

 Hoy soñé que volvías a despertarme, y como decía aquel, casi me desmonto. Ha sido un sueño recurrente desde hace años: tu y yo en la cama. Y aunque normalmente es un sueño tórrido, húmedo de sudor, hoy ha sido lo que se dice bonito. Parecía de una vida que no me pertenece, que no es la mía. Una vida en la que no soy yo. Cuando me despertabas, el reloj marcaba las 6:14 de la mañana, porque habían llamado de mi trabajo y me mirabas enfadada, con los  como diciendo: “¿que horas son éstas?” Y yo cogía ese teléfono preguntando en voz alta: “Será mejor que esto sea más importante que lo del perro de los Baskerville”. Cosas de los sueños. Cosas de los sueños, porque no he sabido en ningún momento cual era mi trabajo onírico, aunque dudo mucho que fuera de investigador criminal.

No sabía cual era ese trabajo, pero recuerdo perfectamente la sensación de despertarme contento. No suelo despertarme contento. Sea lo que sea lo que haga en la Ciudad del Amanecer, no me gusta volver a la Ciudad Azul. En mi sueño, sin embargo, no había pesar. Tu rostro, tan dulce, cono esos ojos tan grandes llenos de cielo. Tanta calma, tanta paz. Toda lo que siempre he deseado. ¿Como nadie va a estar enfadado siendo eso lo primero que ve, lo primero que siente, al despertar?

Y supe, casi al instante de despertar de verdad, que mi vida nunca sería así. Que nunca tendré paz al despertar, que nunca habrán unos ojos llenos de ternura mirándome desde el otro lado. Que mi vida tendrá siempre de todo, pero a la vez siempre será turbulenta. Y tampoco lo querría de otra manera. Tengo paz en los sueños y vida en la vigília. De un extremo al otro, siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No sé si te lo he dicho nunca, aitor, pero estoy muy orgulloso de ti. A diferencia de muchos (y yo bastante), no vienes con un envoltorio bonito, no lo quieres. Y eso es muy difícil. Eres mucho mejor que algunos envoltorios que pululan por ahí. No lo necesitas. En fin, me estoy liando. Lo estás haciendo bien. Sólo, no te preocupes tanto.

Un abrazo